viernes, 10 de junio de 2011

Wakaranai

La foto la tome en el Museo del Holocausto, me gusto mucho su mensaje. El museo muestra frases muy interesantes, recuerdo una que decía a la entrada “ABIERTO POR DUELO” y otra, el slogan del museo que dice “Museo del Holocausto, el museo que nunca hubiésemos querido tener.”
Realmente no hay mucho que decir… realmente no sé qué decir.
Ya no tengo inspiración para editar fotos, hace meses que no dibujo, y si bien tengo temas para escribir no puedo armar la redacción en mi mente. Siento que la música no me conforma, no siento el ánimo de ver una serie o película, y olvide que pasos seguir para iniciar una charla.
Trato de buscar en mí, la razón, pero no la encuentro… lo único distinto paso a un par de días atrás.
 Volví a mirar a lo lejos, entre la gente, veía a tantos pero no veía a nadie, y buscaba ver.
Eran las 10 y me mandaron a hacer compras, estaba con la vista perdida. Compre, y caminando de regreso, antes de doblar en la esquina me quede un segundo, me voltee y me quede mirando un rato al fondo de la calle, lentamente desde donde me encontraba hasta donde mi vista le era posible, buscaba… o quizás buscaba buscar. Esperaba a alguien que no vendría, no lo sé. Finalmente baje la mirada y volví a mi casa.
Recordé cuando fue el seis de junio del 2006 (06/06/06) esa noche subí la escalera, me senté en la azotea y me quede un largo rato mirando el cielo, pasaron la doce y finalmente no paso nada, “obvio que no pasaría nada” me decía a mi mismo mientras bajaba la escalera, pero no pude evitar no dar un último vistazo al cielo, desde la ventana… quizás llamen a eso “esperanza”.
Wakaranai, wakaranai, jibun ga wakaranai dice una canción que mas no recuerdo, solo que eso significa en japonés “No entiendo, no entiendo, no me entiendo”.
Encontré en internet un wallpaper y que es el que ahora estoy usando, que tiene una frase que me gusto mucho:
He who fights Monsters should see to it
That he himself does not become a Monster
And when you gaze long into an Abyss
The Abyss also gazes into you.
~Friedrich Nietzsche
Au Revoir!

viernes, 3 de junio de 2011

Lentes


Respecto al anterior post, pensaba publicar uno que ya tenía escrito que lleva el nombre de “Amo Odiarte”. Es otro mis análisis de las personalidades pero sinceramente creo que hasta yo me canso de tanta oscuridad, y no es ese el aspecto que realmente quiero dar a mi blog, después de todo, como explique en mi primer post, en todo lo que escribo dejo parte de mi alma, parte de mi mundo, si alguien cree ver con mis ojos mis post, no quiero que crea que mi mundo es tan oscuro.
Sonrió, tan solo que mi blog es, muchas veces, mi escape para el desahogo de aquellas cosas que me indignan de la sociedad actual.
La mayoría de aquellas cosas que alegran mis días las doy por sobreentendidas en mi naturaleza… Si, debería hablar más de ellas, así quizás, en vez de hallar en alguien una sonrisa por compartir mi indignación, halle una que comparta mi alegría.
Si hubiera lentes que vean al mundo indignante pero realista y lentes que muestren un falso mundo feliz, usar un único par sería negar la felicidad o la realidad respectivamente, seria ver una cruda verdad o una confortante inocencia.
¿Cómo sería el mundo visto con ambos lentes al mismo tiempo?
¿Se vería felicidad en la realidad?


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Hoy murió un amigo, podría escribir miles de palabras al respecto, pero ninguna haría comprensible la pena que nos acongoja.
Au revoir

jueves, 2 de junio de 2011

Rain? ... Smile!


Soy de pensar todo de manera complicada desde que tengo memoria.
Recuerdo que cuando era chiquito y vivía en Mar del Plata, tenía unos cuatro años, y en verano veía que mama baldeaba el frente de la casa y notaba que al rato el agua desaparecía, analizando la situación llegaba a la conclusión de que el agua se filtraba por los espacios entre las baldosas.
Llegaban otras épocas del año, y con ellas la lluvia. Yo no sabía, no entendía por qué caía agua del cielo, por qué llovía. Como no era parte de mí preguntarles a mis padres los “porqués”, terminaba imaginando mis propias explicaciones.
Yo sabía que el Cielo es la casa de Dios, si tiene casa tiene frente, entonces por una (para mí) coherente deducción lógica hallaba como respuesta que:
Dios baldeaba el Cielo, entonces, el agua se filtraba entre los espacios de las “baldosas del Cielo” (nubes) y como nuestro mundo está abajo este, esa agua caía sobre nosotros.
Como todo requisito de la verdad, yo confiaba en mí.
Crecí, y hoy recuerdo con humor la inocencia de mi razón. Suele saltar la conversación en charlas con amigos y muchos me han contado que sus padres les explicaban que “Llovía por Dios estaba llorando”.
No es por ser polémico, pero casi me horroriza esa idea.
Mi idea de Dios baldeando el cielo, era para mí, sinónimo de un Dios feliz, pero ¿Que puede uno interpretar de un Dios que llora?
Si tienes el poder de crear una explicación que el niño creerá, ¿con que necesidad contarle algo tan triste?
La vida puede parecer oscura, puede realmente ser oscura, pero lo que importa es como uno la vea.
En lo personal, aun hoy de grande, me gustaría poder seguir creyendo mas en que Dios baldea el cielo, y menos en la condensación del agua.
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La foto la tome en los bosques de Palermo.
Au revoir

miércoles, 25 de mayo de 2011

El corazon como signo


¿Qué convierte a un órgano en un signo?
El estomago, por dar un ejemplo, si hace ruidos entendemos que tenemos hambre.
Si bien, no es el estomago el que hace ruidos, sino el intestino, se tiene entendido que la comida va a parar al estomago, en consecuencia se relaciona los sonidos a la reacción que ocurre si llevamos tiempo sin comer.
Si recibimos un susto, o vemos a esa persona amada, el corazón empieza a latir enérgicamente, y esto es aceptado como susto o amor respectivamente, dependiendo del factor que lo cause.
A pesar de todo, estos órganos se destacan porque hacen notoria una reacción frente a un factor, y siendo así, el corazón presenta tantos factores, de ellos podría mencionar:
# Representa la vida, por el simple hecho de latir.
# Representa la muerte, a la ausencia de latidos.
# Representa el temor, al latir enérgicamente, precedido por una situación atemorizante.
# Representa el amor, al latir enérgicamente, precedido por una situación amorosa.
# Representa el agotamiento, al latir enérgicamente, precedido por una actividad física.
# Representa el nerviosismo, al latir enérgicamente, al vivir una situación nerviosa.
Si hay algo que nos está enseñando materias como “Lengua y Literatura” y “Culturas y Estéticas Contemporáneas” es la semiología, donde  explica que todo es un signo y de ser así, el corazón también es signo de todos esos sentimientos.
El sábado me di cuenta de algo que nunca esperaría que me pase:
Pensar me estaba lastimando…
Alguna vez leí una frase que decía “solo por pensar tengo mil cicatrices” y obviamente, no sería la primera vez que pensar me heriría por dentro, pero si sería la primera que me heriría por fuera.
El sábado estaba pensando y mi corazón comenzó a latir muy rápido, taquicardia, no me sorprendía, es algo que me suele pasar cada tanto.
Pasó el tiempo, escuché música tranquilo, pero mi corazón no paraba de latir enérgicamente, mientras un gran dolor se apoderaba de uno de los músculos de mi cuello. Me comencé a preocupar más seriamente.
Pasaron más de tres horas, y los síntomas no parecían mejorar. Le pedí a mi mama que fuéramos al hospital, allí, por suerte, sábado a la noche no había nadie, por lo que me atendieron relativamente rápido. Me tomaron el pulso y la presión, luego la doctora exclamo que tenía el ritmo cardiaco y la presión al límite, me dio una inyección y medicamentos para tratar de bajarla, y me interrogo con preguntas como “¿Te pasa esto cuando piensas?” y cosas por el estilo,  todo lo que preguntaba respondía afirmativamente. Finalmente concluyo diciendo casi con completa seguridad que es tema nervioso pero que aún hay posibilidades para descartar, y que la próxima vez que me ocurra debo acudir con urgencia a un cardiólogo, y obviamente seguir haciéndome controles.
Si se confirma completamente que es nervioso, ¿Qué pasara?, ¿Debo dejar de pensar? Imposible, yo no puedo controlar todo lo que pienso, es mi subconsciente el que ganara, porque al pensar en no pensar, estaré pensando.
Si fuera posible restringir nuestro pensar, tener control sobre esa naturaleza humana de pensar en lo que uno no quiere pensar y buscar lo que uno no quiere encontrar, quizás viviríamos más sanamente, pero ¿cuán necesario es este sufrir? Puesto que es este el que tantas veces nos abre los ojos a tantas realidades.
Al pensar llegamos a conclusiones, de estas, las vivencias y a su vez, será el corazón la expresión inequívoca de nuestra profunda realidad.
El corazón, hoy en día es más que un musculo, es una prueba de vida y de muerte, sufre y disfruta el amor, siente el temor y el miedo, vive el agotamiento.
El corazón trasporta más que sangre…
… transporta sentimientos.

Au revoir.


martes, 17 de mayo de 2011

Papelitos


Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto.
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo
Amor,
yo digo aún ¿por qué calle aquel día?
Y ella dirá ¿por qué no lloré yo?

Bécquer

Hace 5 años, un viernes salimos del colegio con un compañero y fuimos caminando para la estación, teníamos 2 horas antes de entrar a educación física, y como estábamos aburridos de caminar por los mismos lugares, decidimos tomar el tren e ir hasta Lomas de Zamora.
Allí recorrimos, pero llego el momento de volver, y recorriendo la peatonal vimos, en medio de la misma, una de esas conocidas “estatuas vivientes”, de esas que por una limosna se mueven. Recuerdo cuando era mucho más joven, iba una vez con mi mama por capital y había una de estas que estaba vestida como un ángel, yo le di unas moneditas y esta me dio un anillo, tipo una alianza, estaba muy feliz con mi anillito. La cuestión es que lo vimos, y era muy particular, se vestía como un vampiro gótico, ojos con lentes de contacto blanco, piel pálida, ropa negra rasgada, era casi tétrico. Mi compañero me miro luego, y me dijo “¡A que no le das una moneda!” y yo sonriéndole, le dije “¡A que si!” mientras caminaba hacia el hombre. Al llegar a este, efectivamente le di unas monedas, con sus ojos me miro fijamente, emitió una sonrisa tenebrosa que enseño sus colmillos particularmente realistas, yo retrocedí un par de pasos pero ese, estiro su brazo hacia mí y con sus pálidos dedos de largas uñas pintadas de negro me hizo seña de que me acercara, eso hice, volvió a sonreírme y con un particular gesto de su mano tomo un papelito de uno de sus bolcillos y con una reverencia me lo entrego, yo lo tome por inercia y volví a retroceder un paso y así verlo volver a su posición inmóvil, luego camine enérgicamente hacia mi compañero sin mirar aun el papelito que me había dado aquel, y lo apure con la excusa de que ya era tarde para volver al colegio, seguramente hoy admiraría el trabajo de aquel pero en ese momento, ese día, caminando con vista fija pero perdida no quería admitir que había sentido miedo.
Hace un par de días, ordenando mi cuarto, encontré entre varios papeles, teléfonos y direcciones sin nombre, viejos recordatorios de tareas y demás cosas olvidadas, ese papelito mal recortado que lleva impreso un poema de Bécquer. No puede evitar esbozar una sonrisa.  Recuerdo haberlo leído luego con mi compañero y no haberlo entendido muy bien, recuerdo haberlo leído sin entonación… y pensar que ahora simplemente no tolero que me interrumpan cuando leo en voz alta un poema.
Un simple papel me llevo 5 años al pasado y me trajo una sonrisa, me hizo reírme de mi mismo, de cómo fui, de cuanto crecí, de lo lindas que eran esas épocas.

¿Tendré que guardar más papelitos para poder sonreír mas seguido?